Una vez más pequé de confiada. Quise creer lo que nunca me permitiste que creyera. Quise creerlo y a base de esfuerzo lo conseguí.
Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pues contigo he dejado de contar.
Me gustaría poder afirmar que esta vez es la definitiva, que ya no habrá más alomejores, pero con el tiempo me he convertido en una escéptica en todo lo que se refiere a ti.
Tú, te, ti, contigo.
¿y quien eres tú?
Pero sobre todo,
¿quien soy yo cuando tu sombra se posa distraida sobre mi?
No me reconozco, nunca lo hice, y nunca lo haré.
Por eso no caminaré nunca más a tu lado, porque siempre fui un paso por detrás de ti, y lo que más me duele es que nunca volviste la cara para comprobar si te seguía. Tampoco te importaba y no te culpo, debí detenerme en seco para dejarte ir. Porque siempre fuiste sólo tu, siempre tu, nunca yo, nunca los dos...
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