jueves, 24 de noviembre de 2011

las sombras del pasado

Una vez más pequé de confiada. Quise creer lo que nunca me permitiste que creyera. Quise creerlo y a base de esfuerzo lo conseguí.

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pues contigo he dejado de contar.

Me gustaría poder afirmar que esta vez es la definitiva, que ya no habrá más alomejores, pero con el tiempo me he convertido en una escéptica en todo lo que se refiere a ti.

Tú, te, ti, contigo.

¿y quien eres tú?

Pero sobre todo,

¿quien soy yo cuando tu sombra se posa distraida sobre mi?
No me reconozco, nunca lo hice, y nunca lo haré.

Por eso no caminaré nunca más a tu lado, porque siempre fui un paso por detrás de ti, y lo que más me duele es que nunca volviste la cara para comprobar si te seguía. Tampoco te importaba y no te culpo, debí detenerme en seco para dejarte ir. Porque siempre fuiste sólo tu, siempre tu, nunca yo, nunca los dos...

martes, 22 de noviembre de 2011

No lo pienses más. No hay tiempo que perder. Una vida por ganar. Un camino que escoger. Un consejo que escuchar. Un trabajo por hacer. No hay tiempo para llorar, tan solo para vencer.
Gracias por abrirme los ojos. Gracias por valorarme más de lo que nunca me valoraré. Gracias por confiar ciegamente en mi. Gracias por creerme especial. Gracias por ser como eres. Gracias por tirar de todos nosotros. Gracias por querernos como lo haces. Porque gracias a ti somos quienes somos ahora mismo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

La pequeña locomotora

Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo Puedo hacerlo

jueves, 3 de noviembre de 2011

Feliz no cumpleaños

Felicidades, has conseguido exactamente todo lo que no querías. ¿Y ahora que?

No seré yo

Vives en una burbuja de falsa felicidad. Podría tocarla. Podría hacerla estallar con tan solo rozarla con la punta de mis dedos. No voy a hacerlo, sabes que no lo haré.

Has construido una casa de carton sobre las ruinas del recuerdo. Podría tirarla abajo de un soplido. Pero no voy a hacerlo, sabes que no lo haré.

Has echado a volar cuando ni si quiera sabías caminar. Podría cortar tus alas. Podría. No te preocupes, no voy a hacerlo. Sabes que no lo haré.

No, no seré yo quien lo haga. Sólo tú tocarás tu burbuja. Tirarás tu casa. y cortarás tus alas. Serás tú.

martes, 1 de noviembre de 2011

LE LLAMABAN LOCA

Una vez la vi desde lejos, apoyada en el alfeizar de su ventana. Juraría que llevaba observándome horas pues cuando mi mirada se cruzó con la suya, desapareció.
Decían de ella que era un poco bruja. Que nunca dormía. Que pasaba las noches asomada a su ventana, empapándose de historias, historias de gente común, historias cotidianas que reinventaba al amanecer, dándoles forma, coloreándolas de mil colores. Y a diferencia del niño que intenta no salirse del dibujo, ella se saltaba a propósito las reglas d la lógica porque no entendía la vida de otra manera. Disfrutaba pintando de rosa lo que era negro, y de negro lo que era azuL. Simplemente se negaba a caminar por inercia, por obligación.  Se negaba a pasar por la vida de largo, como quien compra un billete de tren para llegar a su destino sin detenerse en ninguna de las paradas del camino.
Una vez me vio desde lejos, ella estaba apoyada en el alfeizar de su ventana y yo esperaba sentada en un banco de la calle, nuestras miradas se cruzaron, y en ese momento supo que tenía que rescatarme. Así que, salió a buscarme sin dudarlo, quería cambiar mi historia también.
Ella me cogió de la mano y me invitó a visitar todos esos lugares que existían y sin embargo yo había sido incapaz de ver. Ella me enseñó a sentir, me dio el empujón que me hizo despertar.  Y juntas dimos la vuelta al mundo en 365 días a bordo de su barco. Sin embargo mi historia un día dejó de interesarle, había utilizado todos los colores. Y necesitaba alimentarse de nuevas sensaciones. Sin más, me soltó la mano, y caí por la borda.
Desde entonces ando a la deriva, busco historias desesperadamente, historias que me recuerden a ella, historias que me hagan sentir, aunque sea mínimamente, algo parecido a lo que ella me hizo vivir.  
Me enamoré de una loca, y ahora la loca soy yo.