miércoles, 29 de junio de 2011

Fama

Al sonido de la palabra “corten” volví de golpe y porrazo a la realidad, entré en mi camerino, agotada después de un duro día de trabajo, y tras ducharme me dirigí directa a mi pequeño apartamento situado en el barrio de la latina, en pleno corazón de Madrid.
Supongo que elegí La Latina por mi temor a la soledad, pensé que viviendo en un barrio que nunca duerme podría contagiarme de su espíritu, vivo por el continuo ir y venir de gente diferente con un mismo propósito, las ganas de divertirse. Pensé que en este barrio sería imposible sentirme sola, pero me equivoque.
Nada podrá reparar el daño ya hecho, y la realidad es que nunca dejaré de sentirme sola, porque deseaba tanto la fama que cuando la saboree con mis propios labios me di cuenta de por conseguirla había dejado en el camino todo aquello que realmente merecía la pena. Ya no quedaba nada, ni rastro de mis amigos, familiares... porque yo los destruí.
Y ahora solo me queda eso,fama, algo tan efímero como la vida, que tan pronto como viene, se va…

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