martes, 14 de junio de 2011

Escapar...

-que bien hueles...-dijo Mia- mientras cogía la mano de Ben, de manera automática, como si él fuera algo de su propiedad.

-Anda no exageres!-contestó Ben- con una sonrisa en la cara. No podía evitar sonreír cada vez que estaba con ella, aun sentía como su corazón se aceleraba cada vez que la veía, pero hoy algo en ella había cambiado, se dio cuenta nada más verla, era incapaz de sostenerle la mirada, algo no iba bien, pero no quería creerlo.

-esto..Ben, tengo algo que decirte-.Era de noche y el paseo marítimo estaba prácticamente vacío, Mia prefirió adentrarse en la playa, en la oscuridad es más fácil decir las cosas que a uno le cuesta decir a la cara, no soportaba la idea de hacer daño a Ben y sentía que si veía su rostro mientras hacía lo que debería haber hecho hacía ya mucho tiempo, le iba a resultar mucho más difícil.

Inspiró hondo para coger fuerzas y con todo el dolor de su alma le dejó, dio media vuelta y caminó a paso rápido, dejando atrás una etapa de su vida que nunca olvidaría, con la esperanza de no estar cometiendo un terrible error.

Él lo había sido todo para ella, tanto, que sentía que a su lado no alcanzaría a ser más que una parte de sí misma, una sombra de lo que podría llegar a ser, y es que él había absorbido hasta la última chispa de vida que le quedaba. A pesar de todo, no le culpaba, no podía. El peor enemigo que se puede tener es uno mismo. Sí, si había llegado hasta esta situación, era culpa suya, y de nadie más, y por eso no le quedó otro remedio que dar la espalda al que durante 10 años había sido su único compañero...

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