Me sabía esclava de sus caricias. Y con cada beso que ella
me iba dando me sentía más viva, o quizás más muerta, ya no logro recordarlo,
ha pasado mucho tiempo desde aquel hasta luego que se convirtió en hasta nunca,
hasta ahora. Aquel adiós encadenado a nuestros cuerpos desnudos, aquel adiós ingenuo.
Aquel último adiós y aquel último beso. Si hubiera sabido que no iba a haber
más…si por un momento lo hubiera sospechado... Pero no fue así. El beso fue
demasiado corto, y mi dolor cada vez más grande.
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