Los fragmentos de
conversación iban apareciendo en escena. Y como si de trozos de cristal se
tratara, se le iban clavando lentamente en el corazón, abriendo la herida que
tanto le había costado cerrar.
Notó como la sangre brotaba por el orificio que
las palabras habían abierto en su delicado cuerpo, estaba caliente, iba a morir
desangrado, se preguntó si era posible morirse de amor…
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