Hoy no, por favor. Hoy no. Hoy no tengo ganas de pensar en ti. No tengo ganas de extrañarte. De quererte. Ni de odiarte si quiera. No tengo fuerzas. Se me han agotado día a día. Hora a hora. Con cada mentira, con cada palabra hiriente que ibas hilando a mis espaldas. Detrás de mí. Como si no pudiera oírte. Cada gesto, cada movimiento. ¿Querías matarme? quizás por miedo, por rabia, por lo que fuera, ¿soñaste con acabar conmigo? Hacer mil pedazos los retazos que nos ataban a ti y a mí, todo aquello que puediera unirnos....
Te felicito, de verdad te felicito, lo has conseguido.